En el mundo de la innovación empresarial existe un filón muy productivo en las tecnologías de la información y la comunicación; entre otros motivos, por la amplitud de campos de estudio y la velocidad con la que aparecen nuevas tecnologías. ¿Cómo saber si es aplicable a mis necesidades?
Cuando pensamos en la palabra tecnología, sobre todo en el ámbito cotidiano, es muy probable que pensemos en determinados dispositivos que hace apenas unas pocas décadas no existían o no veíamos con tanta frecuencia y, sin embargo, hoy vemos en el día a día. ¿Quizás pensemos en la telefonía móvil, en ordenadores, en computación…? Es algo habitual hablar de este tipo de tecnologías y asimilar que “son la tecnología”, obviando el hecho de que tecnología también puede ser, perfectamente, un cuchillo de sílex (en este caso, como es obvio, hablaríamos de tecnologías de hace ya milenios y, por tanto, no están tan presentes en nuestras mentes).
Por otro lado, no deja de ser interesante hacer el siguiente ejercicio mental. Hace décadas podíamos ver películas futuristas ambientadas en, precisamente, los años que estamos viviendo en la actualidad. ¿Se han fijado en que clásicos como Blade Runner tienen lugar en 2019? ¿Qué avances tecnológicos de los que proponen este tipo de películas se han cumplido finalmente?
Aún falta para que los viajes interestelares (o más sencillo, interplanetarios) sean algo habitual para el público. Aún falta para ver coches voladores. Aún falta para ver androides perfectamente mimetizados con seres humanos. Sin embargo, en estas películas sí hay algo que, aproximadamente, se ha cumplido: las tecnologías de la información y las comunicaciones han alcanzado un nivel de desarrollo impresionante. Y siguen desarrollándose hasta un punto que, hace apenas pocos años, nos parecían increíbles. ¿Quizás, de ahí, que identifiquemos “tecnología” casi instintivamente con las “tecnologías de la información y las comunicaciones”?
Y, sin embargo, se trata de tecnologías con variantes tan diversas, y aplicaciones tan variadas, que resulta difícil tener una imagen clara de “por dónde van”. Hoy en día prácticamente es impensable que una empresa no disponga de presencia en internet, que se comunique por correo electrónico o que, por poner otro ejemplo, no podamos consultar nuestras redes sociales en el móvil, pero ¿qué sabemos sobre la aplicación del láser en cartografía; el uso de sistemas de visión artificial para comprobar el estado de unos cultivos agrícolas; sobre la programación embebida, tan útil para una ingente cantidad de dispositivos; o la microelectrónica necesaria para estabilizar la señal en comunicaciones de banda ancha? Cuanto mejor conozcamos la evolución actual de estas tecnologías, con mayores probabilidades de éxito podremos abordar nuevos proyectos de aplicación en los desarrollos propios de las empresas.
En estos casos siempre es de interés mirar hacia el sector académico, como hicimos el pasado 18 de marzo con el Instituto de Microelectrónica Aplicada de la ULPGC (enlace https://www.iuma.ulpgc.es/ ) quien nos presentó un resumen de su trabajo en desarrollo tecnológico de aplicación a sectores como el industrial, o el de los dispositivos médicos, la fotónica, y otros relacionados con las telecomunicaciones.
También es de interés para las empresas saber que es perfectamente posible contar con la ULPGC para complementar sus desarrollos tecnológicos y ofrecer, quizás, dentro de unos años aquello que nos prometieron las películas futuristas y cuyo público anhela.
Esta entrada es una colaboración del experto en innovación de la FPCT-ULPGC y técnico de la Red CIDE Artemis Rivero González.