Fuente: Tribuna de Canarias

El comercio de Canarias ha demostrado, durante esta crisis, su capacidad de adaptarse a las circunstancias. Fíjate que en la época de la pandemia fueron los primeros que abrieron, convirtiéndose en la prueba piloto de ver qué pasaba con esta nueva normalidad. Salió todo muy bien, se adaptaron perfectamente a la normativa e, incluso, participaron en el diseño de las nuevas medidas de seguridad. No hubo ninguna incidencia, se encargaron incluso de enseñar y de educar a los consumidores sobre esta nueva forma de normalidad. Está claro que el comercio canario tiene debilidades, pero tiene una gran fortaleza: su capacidad para adaptarse a los cambios. Se trata de esa fortaleza que tenemos en las regiones pequeñas, estamos en constante adaptación a cambios inevitables.