Fuente: Forbes

La sola mención del número 2020 produce una reacción inmediata. No puede verse como una cifra cualquiera: no hay duda se trata de un número-año, y no de uno cualquiera. Fue un curso de vértigo, incertidumbre, retroceso; de grave parón. Pero no para todos. Hubo quienes, aprovechando la inercia de una idea largamente soñada, y haciendo suya la máxima china de la crisis y la oportunidad, no solo no frenaron sino que metieron una marcha larga. Retrocedemos a aquel 11 de marzo —cuando la OMS declaró el covid-19 como una pandemia—, o mejor a las semanas que siguieron a la traumática fecha, y vemos pasar cientos de instantáneas de gente trabajando y estudiando desde comedores, salones, habitaciones, tumbados en camas, sofás..