Fuente: El País

“Si miras Pocoyó y preguntas de dónde es..., mira, han dicho que éramos japoneses, rusos, estadounidenses, chinos, de todo menos españoles”. Habla Víctor M. López, director general de Zinkia, la productora que en 2005 con ese niño vestido de azul de pocas palabras y que vivía en un universo de fondo blanco, conquistó el mundo. Un fenómeno global que, a punto de cumplir 15 años de su estreno, ahora echa raíces en Gran Canaria para preparar una nueva entrega después de unos convulsivos años en la empresa, con un concurso de acreedores de por medio. Una estrategia que forma parte de la apuesta de Canarias por atraer a la industria del entretenimiento a sus islas, con especial hincapié en la animación. Su atractivo: buen tiempo, una cantera de artistas y profesionales cada vez mayor, instalaciones y unos incentivos fiscales muy competitivos.