Fuente: el Diario

Nuevos desafíos se abrirán camino a lo largo del año en La Palma, donde la población y las pequeñas empresas coinciden en que la prioridad es reconstruir viviendas e infraestructuras para que las personas afectadas puedan recuperar su vida. Hay sectores de la isla, sin embargo, también afectados indirectamente por la erupción. Durante más de tres meses, sus famosos senderos se han encontrado cerrados, como los centros de visitantes y el turismo activo ha quedado prácticamente reducido a cero. En el turismo rural se ha dado el fenómeno de que parte de la oferta alojativa ha quedado destinada para familiares y otras personas afectadas por las evacuaciones que provocó el volcán, que evidenció un problema habitacional durante los primeros días. Por ello, estas pequeñas empresas se encuentran "muy tocadas" y más en una isla en la que la población vive de la "multirenta", es decir, complementa diferentes actividades, muchas veces relacionadas con la agricultura o el turismo. Así lo explica Carlos Fernández, profesor de Economía en la Universidad de La Laguna (ULL) y presidente de la asociación de turismo rural Isla Bonita, que añade que "no se pueden revertir las prioridades" y advierte de que el desafío de combinar la geología con el turismo para conseguir un nuevo producto de calidad será un reto a medio plazo.