Fuente: Emprendedores

La parte menos cordial es buscarte la vida: vendiéndole el proyecto a otro y a otro. Hablando mucho, negociar con más de uno, no parar hasta que te bajen los precios . El emprendedor de una empresa especializada en alimentación ecológica para niños afirma: “cuando nos lanzamos con el proyecto, no contábamos con el tiempo que te supone llamar a 20 proveedores para un mismo producto , por ejemplo, la manzana. De manera que, en lugar de tener proveedores con los que puedas trabajar de forma continua, consumes muchos recursos en buscar la materia prima y pierdes el foco en las ventas. Pero tienes que hacer esta labor de prospección para poder ajustar el precio y no ir continuamente contra tus márgenes”.