Fuente: El Día

Canarias no es una de las comunidades autónomas predilectas de los inversores extranjeros. Más bien al contrario: el Archipiélago figura entre las regiones que menos capital foráneo reciben. Este escaso atractivo en la carrera por captar fondos del exterior se agrava, además, por una realidad no tan conocida. Porque las Islas no solamente arañan poco dinero fuera de las fronteras nacionales, al menos en comparación con el grueso de las restantes autonomías, sino que, por si fuera poco, la mayor parte de lo que arañan apenas genera riqueza. Así lo ponen de manifiesto los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, de los que se desprende que prácticamente un 60% de la inversión extranjera que Canarias ha recibido a lo largo de la década no ha servido ni para crear un solo puesto de trabajo. Tampoco para desarrollar proyecto alguno, montar un negocio o inyectar fondos en alguna empresa puntera del Archipiélago. En definitiva, seis de cada diez euros de todo el capital foráneo que ha llegado a la región desde 2011 no han redundado en beneficio de la economía y la sociedad isleñas. Más de 1.300 millones que han servido, eso sí, para que los inversores se ahorren dinero en el pago de impuestos. Y, además, legalmente.