Fuente: El Día

El sureste de Gran Canaria se ha convertido en objeto de deseo de las multinacionales energéticas para el desarrollo de sus futuras inversiones en tecnología eólica marina (off shore en su denominación inglesa). La calidad del viento y la ausencia de trabas ambientales han provocado que la mayor parte de las miradas se dirijan a la franja del litoral comprendida entre Arinaga y Juan Grande. Son solo tomas de posiciones en una carrera que acelerarán la actualización de la normativa que impulsa el Gobierno central y la llegada de los fondos europeos para la reconstrucción de las economías tras la pandemia. Cinco compañías ya han hecho llegar sus pretensiones al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Los planes presentados suman 1.094 megavatios. De dicha cantidad, solo 50 megavatios serían para Lanzarote; los 1.044 restantes, íntegros para Gran Canaria.