Fuente: Diario de Avisos

En un intervalo de apenas 10 meses, Tenerife se ha visto sorprendida por la sucesión de dos ceros energéticos que han afectado a toda la isla, generando un sentimiento conjunto de perplejidad e indignación en gran parte de la población tinerfeña. A todos nos sorprende sobremanera comprobar que estas situaciones se repitan en un territorio moderno, avanzado y perteneciente al espacio europeo, y que dejan sensaciones amargas y de honda preocupación en miles de personas. Un apagón no es una mera anécdota, no es un asunto menor, y debe tratarse con la seriedad y urgencia que algo tan estratégico como el suministro eléctrico demanda. Sufrir un apagón generalizado nos pone ante el espejo de nuestras limitaciones, y ciertamente nos aleja del siglo XXI con escenarios más propios del XIX, con serias dudas sobre las capacidades del sistema de distribución e infraestructuras.